ANOREXIA, UN MAL DE HOY…
Sabemos y conocemos toda la gravedad que
comporta la anorexia y la bulimia.
Todos
queremos presentarnos lo más seductores posibles, nos cuidamos en el
gimnasio, adquirimos cremas faciales y corporales para embellecer y rejuvenecer
nuestra piel, nos probamos trapos que se ajusten a nuestra silueta y nos hagan
sentir mucho más atractivos y sexis.
Todo está muy bien, la belleza es bonita y
agradable pero ¿Quién define la belleza? Las pasarelas, las casas de cosméticos,
tiendas de ropa, famosos, productos lights?
¿Qué define una persona hermosa? ¿Los gordos?
¿Los flacos? ¿Los altos? ¿Los rubios? ¿Los chicanos? ¿Los nórdicos? ¿…
Vemos anuncios de cremas anti-arrugas en caras
adolescentes donde su mayor arruga es su encantadora sonrisa.
Vemos anuncios de productos dietéticos para
mantener la línea en chicas jóvenes, atractivas, lozanas, ágiles y cuerpos de
escándalo. Vemos pasarelas donde las curvas femeninas y naturales se han
dispersado de tal manera que aparentan colgadores deformados e inertes.
Nos avasallan con leches, yogures, platos
preparados, cremas, maquinas para que de una vez por todas nos pongamos bellas
y dejemos atrás nuestra patética y escandalosa figura.
Nos acomplejamos y deprimimos cada vez que
algo no está en su debido lugar tal como
mandan las normas de la moda y nos vemos sumamente imperfectos e
impresentables.
Lo grave es que nuestra juventud ha creído en
la imagen de la perfección, pero no la excelencia de formarse, educarse, tener una alimentación sana y
equilibrada, cultura, conocimientos etc. tan solo en su hermosura exterior.
Deberíamos proyectar otra imagen de la
belleza, si observamos pinturas de nuestros clásicos, vemos que la esplendor en
otros tiempos era muy diferente.
La belleza se expresa principalmente por su
físico y es muy loable pero, y las otras bellezas; la personalidad,
inteligencia, simpatía, cultura ¿No Cuenta…?
Publicitarios, haced un esfuerzo y reflejad
un poco más la realidad para no confundir a nuestra juventud, enseñémosles a
cuidarse sin obsesiones, merecen ser felices y vivir plenamente sus jóvenes
vidas sin complejos entupidos y dejar de estar sacrificados únicamente por su
físico hermoso y juvenil.
Esther.
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