El gobierno nos anunciará la subida de las
tarifas de luz al igual que otros
productos que por ley, a parte de ir incrementándolos durante el año, el uno de
enero es por tradición oficial y obligado.
¡¡Que bien!! El gobierno respeta y aplica las
tradiciones, deberíamos subirlos a los altares.
No importa que el ciudadano de a pié esté
asfixiado por deudas, la cuestión es ¡¡salvar el déficit!! Del estado… ¿Y el
nuestro?
Una familia de clase media-baja, la mayoría
de nuestro país ¿Cómo debe calentarse? Haciendo fogatas en el comedor, buena
idea si no fuera por el peligro de asfixia, incendio etc.
Niños y ancianos deben embutirse en abrigos y
bufandas hasta sudar lo que nos proporcionaría un buen radiador.
Las familias vulgares como nosotros no
podemos permitirnos el pago de facturas de trescientos euros más por el mero lujo de querer estar un
poco calentitos en casa, es un abuso por nuestra parte pretender dicho deseo
impropio de nuestra casta.
Pero ¿A quién le importa? ¿A un gobierno
social y equitativo? Está visto que no.
Al gobierno le interesa más hacer carreteras
en demasía para reventarlas en gasolina y peajes, grúas y policías sancionando
constantemente, reventar millones en carteles electorales a ver que sonrisa es
más blanca y casta o el electo más deseado.
Todos hemos visto y asombrado ante una
factura de luz, bueno visto, pero ¿Comprendido? Hay que hacer un master en
eléctricas para entenderlas, tal vez ese sea el truco, no entender, no protestar.
Pero, las facturas oficiales:
¿Cómo son?
¿Cuánto suben?
¿Se paga al día?
¿Les cortan la luz?
¿Los senadores, diputados y demás
trabajadores del estado van con abrigos y bufandas a los parlamentos, congresos
etc.?
¿Pasan calor en verano mientras debaten
acaloradamente nuestro destino?
¿Sirven de algo nuestras minúsculas
protestas? No de todas todas, nos avisan y es una cortesía por su parte, el
último aviso es como una sentencia de muerte, ellos entienden perfectamente
nuestra situación por lo que nos agregan un enganche de importe calculado para
recuperar tal agravio, a ellos claro.
Oímos como siempre en medios de comunicación
la tan sabida canción de las ventajas y bondades de cambiar de compañía y así
vivir y ahorrar mejor, pero ¿Todavía no nos hemos enterado de que seguimos en
un monopolio con distintos nombres? Que todas ellas nos van a crucificar en la
factura y no van a ser benevolentes a la hora de un impago.
¿Alguien entiende las facturas? ¿Hasta cuando
vamos a permitir que nos facturen ilegible e incompresiblemente tomándonos el
pelo tan LEGALMENTE.
¿Hasta cuando los servicios básicos van a ser
un lujo?
Esther